No hubo equivalencias. La Selección Argentina cerró su gira por Estados Unidos con una goleada por 6 a 0 ante Puerto Rico en el Chase Stadium de Miami. El campeón del mundo se flloreó frente a los boricuas, mostrando autoridad, jerarquía y variantes. El rival caribeño fue apenas un espectador ante la exhibición de Lionel Messi y compañía, en un encuentro que también sirvió para probar nuevas caras y consolidar el camino hacia la Copa del Mundo 2026.
Desde el primer minuto, el equipo de Lionel Scaloni dejó en claro su superioridad. El control de la pelota, la presión alta y la movilidad ofensiva hicieron que Puerto Rico retrocediera cada vez más. Sin embargo, el conjunto isleño casi da el golpe en el arranque: a los 7 minutos, Giovanni Calderón recuperó la pelota y, desde su propio campo, intentó sorprender a Emiliano “Dibu” Martínez con un remate de casi 60 metros. El arquero reaccionó a tiempo y evitó lo que hubiera sido un golazo histórico. Fue apenas un susto en una noche de dominio absoluto.
A los 13 minutos llegó la apertura del marcador. Messi probó desde afuera del área y su disparo dio en el travesaño. En la jugada siguiente, Nicolás González tomó el rebote y su remate fue desviado de cabeza por Alexis Mac Allister, que convirtió el 1-0. La jugada reflejó lo que fue todo el partido: presión, insistencia y presencia ofensiva de un equipo que no se conforma nunca.
Nueve minutos más tarde, Argentina aceleró y el segundo no tardó en llegar. Luego de una gran combinación colectiva, Messi pinchó la pelota por encima de la defensa y Gonzalo Montiel, llegando por sorpresa, definió con una volea impecable para poner el 2-0.
El encuentro también tuvo lugar para los nuevos protagonistas. José “Flaco” López, delantero del Palmeiras, tuvo su primera oportunidad a los 27 minutos, pero su cabezazo fue contenido por el arquero Sebastián Cutler. Poco después, el propio López fue parte de la jugada del tercer tanto: pivoteó en el área y asistió a Mac Allister, que selló el 3-0.
Puerto Rico intentó reaccionar, y a los 39 minutos volvió a encontrarse con un “Dibu” Martínez inspirado. Wilfredo Rivera sacó un potente disparo desde media distancia, el arquero dio rebote, pero se repuso de inmediato para tapar el segundo intento de Leandro Antonetti. Argentina dominó de principio a fin los primeros 45 minutos, con circulación fluida y una intensidad que, aun en un amistoso, se mantiene como marca registrada del ciclo.
El segundo tiempo fue una prolongación del monólogo “albiceleste”. Messi, siempre protagonista, tuvo una chance clara de cabeza apenas iniciado el complemento: tras un gran centro de Rodrigo De Paul, el rosarino obligó a Cutler a lucirse una vez más. A los 20 minutos, el 4-0 llegó tras una acción desafortunada para los caribeños: un remate de “Nico” González se desvió en Steven Echevarría y descolocó al arquero, que no pudo evitar el gol en contra.
El festival continuó y, aunque Cutler tuvo varias intervenciones notables -entre ellas una tapada brillante ante un tiro de Messi a los 28’-, nada pudo hacer para evitar el desenlace. A los 34 minutos, la conexión entre Messi y “Nico” González derivó en una asistencia perfecta para Lautaro Martínez, que ingresó en reemplazo del “Flaco” López, definió con clase para el 5-0. Cuatro minutos más tarde, el capitán volvió a ser protagonista: tiró una pared con Lautaro y el “Toro”, con un remate preciso, firmó el sexto gol y el segundo en su cuenta personal.
El cierre del partido sirvió para los debuts tan esperados. José López, Aníbal Moreno, Lautaro Rivero y el arquero Facundo Cambeses sumaron sus primeros minutos con la camiseta mayor, en una muestra de confianza del cuerpo técnico. Todos cumplieron: se mostraron activos, atentos al ritmo del equipo y con hambre de ganarse un lugar en el proceso hacia el próximo Mundial.
La Selección cerró así una gira positiva, con dos triunfos y una sensación general de solidez. El juego colectivo sigue siendo el gran tesoro de este ciclo, potenciado por la vigencia de Messi y la madurez de los campeones de Qatar. La inclusión de jóvenes talentos aporta aire fresco y alternativas para un plantel que ya piensa en lo que viene: la Finalissima y la preparación para la cita mundialista de 2026 en Estados Unidos, México y Canadá.
En Miami, Argentina no sólo goleó: reafirmó su identidad, mostró variantes y disfrutó ante un rival cin altura. Los goles, los estrenos y el brillo de siempre dejaron en claro que el campeón del mundo no se conforma con lo hecho. Este 6-0 ante Puerto Rico fue algo más que un trámite amistoso: fue una demostración de poderío ante un adversario sin jerarquía. Para la “albiceleste” fue un nuevo paso en el camino rumbo a otro sueño mundialista.